Abel
Bernal, ex jugador del CAI Voleibol Teruel y de la Selección Española, fue uno
de los perjudicados por la retirada del CV Andorra de la Superliga después de
que un patrocinador incumpliera su contrato con el equipo. No es la primera vez
que sufre las competencias de la falta de ayudas económicas en el voleibol
español: cuando jugaba en Tarragona, una subvención que llegó demasiado tarde
hizo que su prometedora plantilla se desmantelara.
El
madrileño responde desde Tel Aviv a las preguntas de El sexto set sobre estos
temas y otros más alegres. ¡Sigue leyendo!
Isabel
Garzo: Háblanos de lo que ha pasado en Andorra. ¿Cuándo empezasteis a intuir
que algo iba mal? ¿Cómo recibisteis la noticia definitiva?
Abel
Bernal: Estábamos todos preocupados por la tardanza
en recibir el dinero del patrocinador. Llevábamos dos meses recibiendo una
excusa diferente cada semana, pero mantuvimos
la confianza todo el tiempo. Yo había visto con mis propios ojos el contrato
de patrocinio firmado por ambas partes…
El miércoles o jueves antes de comenzar la
competición recibimos la noticia de manos de Luis Hillaire, entrenador del equipo. Fue un golpe devastador. Las situaciones que se derivaban de ese
hecho eran bastante complicadas. Era casi increíble, como si no estuviera
sucediendo en realidad.
Entre todos comenzamos a intentar solucionar
la situación y sacar adelante lo que era un proyecto con grandes aspiraciones.
Tras muchas conversaciones, conseguimos lo que parecía una vía de
salvación mediante un nuevo patrocinador que parecía muy interesado.
Mientras esperábamos su respuesta, como
medida desesperada, tuvimos que viajar
para disputar el primer encuentro, o de lo contrario, seríamos expulsados de la
competición. Mala suerte que, de todos los posibles emparejamientos, nos
tocaba viajar a Canarias, el
desplazamiento más caro, y más aún cuando has de comprar los billetes el día
antes de viajar. El dinero de la
aventura lo puso de su bolsillo el presidente del Club, a riesgo de no
verlo de vuelta si el nuevo patrocinador en potencia definitivamente se echaba
atrás.
Viajamos a jugar el partido sin jugadores
extranjeros puesto que no se pudieron pagar los transfers, y en condiciones, digamos ahorradoras, para evitar que
el desembolso del presidente fuera mayor. Jugamos
un gran partido allí. Todo el viaje pareció una especie de burbuja de lo
que en realidad estaba pasando, todos teníamos de nuevo el ánimo subido, estábamos
esperanzados… pero no duró ni dos días. El martes por la mañana vino de nuevo
Luis a hablar con nosotros y nos dijo que el patrocinador finalmente había
decidido no precipitarse y había abandonado la idea de subvencionar al equipo.
Ése fue el verdadero fin.
Y esa la historia de cómo el patrocinador
invisible, el creador del sueño de Andorra, la empresa de distribución de
carburantes (y algún negocio más, seguro…) Wortley Corporation, S.A., con
Teófilo García Muñoz como presidente y único responsable de la desgracia del Club Voleibol
Andorra, puso en muy complicada situación a más de quince personas. Varias de
ellas posiblemente tendrán que justificar y declarar ante la ley, con bienes y
viviendas en serio peligro.
“NOSOTROS CONTINUAMOS HACIENDO NUESTRO
TRABAJO, INTENTANDO NO DESCENTRARNOS Y CONFIANDO EN QUE AL FINAL SE
SOLUCIONARÍA”
IG:
¿Podrías contar a los lectores de El sexto set las dificultades de reubicar a
un jugador a estas alturas, con la liga española ya comenzada y las plantillas
de los equipos europeos cerradas?
AB:
Lógicamente los equipos cierran sus plantillas lo antes posible y ajustando al
máximo sus presupuestos. Por ese motivo, y partiendo de la base de que la liga
española está en horas bajas económicamente hablando, reubicar a algún jugador una vez comenzada la liga es muy complicado.
Y en Europa pasa lo mismo: no tanto económicamente, aunque en realidad casi
todo está bajando, pero con las plantillas cerradas desde hace tiempo. Las
opciones que quedan son limitadas: moverse
a países cuyas ligas no hayan comenzado y sus equipos estén aún formándose, o
que haya alguna lesión importante en algún equipo y busquen un recambio. A
esta última opción hay que sumar que el jugador lesionado jugara en la misma
posición y con las mismas características que los jugadores libres.
Bernal, cuarto por la izquierda, con sus compañeros del Tarragona SPiSP [Foto: I. Garzo] |
IG: No es
la primera vez que vives algo así: ya te tocó lidiar con problemas de falta de
presupuesto y posterior desaparición del equipo cuando estabas en el Tarragona
SPiSP. ¿Cómo lo viviste entonces?
AB: Aquello fue diferente.
Desde el principio de la temporada sabíamos que tardaríamos en cobrar.
Cobrábamos una parte y el resto llegaría cuando se recibiera la subvención del
ayuntamiento, que sería para marzo más o menos. Pero, al llegar esa fecha,
seguíamos sin recibir la subvención. De nuevo excusa tras excusa, semana tras
semana, fuimos siendo “engañados”. Eran momentos difíciles, pero nosotros continuamos haciendo nuestro
trabajo, intentando no descentrarnos y confiando
en que al final se solucionaría.
Un día nos explicaron que la subvención no
llegaba porque había una deuda del club con la seguridad social, y hasta no
saldar esa deuda, no se podía entregar la subvención. La cosa parecía bastante
estúpida, puesto que la deuda y la subvención salían casi del mismo sitio. No
tenía mucho sentido (para nosotros) que nos retuvieran cuatrocientos mil euros
si no pagábamos cincuenta mil antes (creo recordar esas cifras). Lo lógico para
nosotros era que restaran la deuda del importe total de la subvención…
Más tarde nos dijeron que, para poder liberar
la subvención, bastaba con pagar nueve mil euros. Nos aseguraron que, si
pagábamos ese importe, la recibiríamos. Ese fue el momento crítico: después de
lo que habíamos luchado (algunos trabajaron cobrando una pequeña parte, otros
decidimos no cobrar hasta que llegara la subvención), esperábamos que el club
pusiera ese importe. Pero no fue así, cosa que nos dolió y no entendíamos muy
bien.
Así que, ante la que era la única manera de
recibir el dinero, y tras la negación
explicita de la junta de adelantar esa cantidad, fuimos dos o tres jugadores
quienes la pusimos de nuestro bolsillo. La
desgracia fue que, aún así, no lo conseguimos. Y entonces sí que se nos quedo
cara de tontos. Todo esto fue ya
finalizada la temporada que, por cierto, creo que fue la mejor del Tarragona SPiSP,
quedando terceros en los playoffs. Pero
ya no tenía ningún sentido hablar de la siguiente temporada y cada uno cogió un
camino diferente.
Afortunadamente, meses más tarde se recibió la dichosa
subvención y todos recuperamos lo que era nuestro y cobramos lo que se nos
había prometido. El club, sin embargo, tuvo que rehacerse, y se vio obligado,
dos temporadas más tarde, a abandonar la máxima competición.
IG: Después de ver casos como estos,
y otros muchos de impagos, etc; ¿debemos seguir confiando en que la liga española
mejorará en un futuro no muy lejano y ofrecerá seguridad y competitividad a los
que participen en ella?
AB:
Son muchos los casos de equipos y clubes que terminan desapareciendo. A día de
hoy creo que es difícil encontrar más de dos equipos a los que puedas dedicarte
profesionalmente. La gran mayoría de
equipos se han tenido que reconvertir a semi-profesionales puesto que las
ayudas y subvenciones se van viendo recortadas cada vez más. Por ahora, la dinámica es decreciente en
relación a mejoría, seguridad y competitividad. Pero quién sabe, ojalá
vuelva a resurgir un poco de sus cenizas. La verdad es que es imposible
competir con deportes como el fútbol o el baloncesto, están demasiado arraigados
en la sociedad. Se podría crecer un poco si recibiéramos apoyo de más medios e
instituciones públicas, pero eso parece utópico en éste país ahora mismo.
«CUANDO ME CONVOCÓ LA SELECCIÓN, PENSÉ: “ANDA, QUE… ¡LLAMARME
POR PRIMERA VEZ CON VEINTIOCHO AÑOS!”»
Bernal, con sus compañeros del Maccabi. [Foto: Maccabi Tel Aviv] |
IG. Finalmente, has conseguido un contrato en el
Maccabi de Tel Aviv. Ha sido una decisión relámpago. ¿Cómo la has vivido?
¿Tenías ganas de jugar fuera? ¿Qué objetivos tienes para este año?
AB: Una vez terminadas las opciones en Andorra, la prioridad era
encontrar un equipo donde fuera para poder salvar el año, tanto deportiva como
económicamente hablando. Perder una temporada sin jugar haría más complicado
encontrar equipo para la siguiente (y más con unos años encima…). Varios
equipos de la liga española se pusieron en contacto conmigo y con otros
jugadores del equipo al enterarse de la situación, pero no podían ofrecer
mucho. Así que, a la vez, me puse en contacto con amigos, conocidos,
jugadores y managers.
Tras una semana, recibí esta oferta de Maccabi a la cual tenía
que responder en un máximo de dos días. Las opciones no eran muchas y yo tenía
ganas de vivir la experiencia en el extranjero, así que no hubo que pensar
mucho. Estaba un poco “mosca” por el tema del país… ya sabes que si miras mucho
las noticias, no sales ni de tu casa. Pero hablé con varios ex-compañeros y a
la vez buenos amigos que ya habían jugado en este mismo equipo y me alentaron a
firmar el contrato. Una vez tomada la decisión y firmado el contrato, creo que
ni pasaron 24 horas y ya tenía el billete para Israel.
Llegado a Tel Aviv, me encontré en un equipo bastante familiar,
con gente muy hospitalaria y, aunque llevo pocas semanas aquí, ya te puedo
decir que tengo amigos.
Es un equipo que ha ganado la liga y la copa cinco temporadas
seguidas, pero las dos últimas ha perdido las finales de ambas. Tiene muchas
ganas de volver a coger el trono nacional y de hacer daño en la competición europea.
Básicamente esos son los objetivos. ¡Espero
que podamos cumplir los objetivos del club y llevarme para España al menos uno
de los dos títulos nacionales!
Mi objetivo es ayudar lo máximo posible al equipo a conseguirlo,
pero esta vez desde una posición nueva, puesto que prácticamente toda mi
carrera deportiva la he realizado como central, pero esta aventura en tierra
santa la hago como “doble opuesto”, es decir, atacante por zona cuatro, pero
sin recibir, únicamente el saque en salto.
Bernal, con el número 6, con la Selección Española durante la Liga Europea de 2009 [Foto: I. Garzo] |
IG. ¿Cómo recuerdas el
año que estuviste convocado con la Selección Española? ¿Cuál es tu valoración
de esa experiencia?
AB. Muy bien. Recibí un mensaje de texto diciendo que había sido
convocado con la selección. Si te digo
la verdad, lo primero que pensé fue: “Anda que... ¡convocarme por primera vez
con veintiocho años!”. Y después fue una experiencia muy ilusionante, en la
que aprendes mucho y disfrutas del deporte de élite y lo que conlleva. Con un
gran entrenador al mando y con grandes compañeros que ahora son amigos.
Si tuviera que recordar algo malo, sería que quizás no fue mi
mejor momento. El tiempo que estuve sufría unos dolores muy fuertes en las
rodillas y que de verdad me incapacitaban física y psicológicamente. La
temporada siguiente y después de un poco de reposo ya volví a estar bien, pero
el tiempo que estuve allí lo pasé mal con ese tema. Algunos se reían de mií
(siempre desde la amistad) cuando iba andando por los pasillos del CAR por las
mañanas recién levantado, que era el peor momento junto con el de después de
entrenar.
Es una experiencia que no me hubiera gustado no vivir al
terminar mi carrera deportiva, y que irónicamente, una vez pasada, me alegro de
haber vivido con veintiocho años y con la suficiente experiencia y madurez.
“EL VOLEY PLAYA ES EL COMPLEMENTO PERFECTO PARA EL VOLEIBOL DE
PISTA”
Bernal con su pareja de voleyplaya, Fernando Román [Foto: I. Garzo] |
IG: Últimamente te hemos visto mucho
en las pistas de voley playa. ¿Qué ventajas encuentras a este deporte en
comparación con el voleibol de pista?
AB: No hay que comparar. Hay que añadir. Es el complemento
perfecto para el voleibol de pista. La temporada de pista es corta, y son
muchos meses hasta empezar de nuevo con la siguiente pretemporada. La playa te mantiene en forma y no pierdes
la sensación de la competición, que al final es la que mueve todo esto.
Además, lo practico por el estilo de vida que conlleva. Viaje
por aquí, cena por allá, conocer esto, ver aquello, reunirte con personas que
solo ves en verano, conocer nuevas personas... Y si, como yo, compartes todo
eso con una persona (Fernando Román) que además de ser tu compañero es sobre
todo tu amigo, pues ¿qué más quieres?
Y como buen deporte individual (aunque se practique en parejas),
es mucho más exigente que el voleibol de pista. Los éxitos son más personales,
aunque a la vez las derrotas también lo son. Creo que es más intenso.
IG: Si imaginas el remate perfecto,
¿quién te habría colocado esa bola?
AB: Yo lo tengo claro. No tengo ni que pensarlo: Guillermo Hernán. Y no tengo que imaginarlo. No es el remate perfecto, es solo la
consecuencia lógica de una colocación perfecta.
“EL VOLEIBOL ES UN DEPORTE ESPECTACULAR. CADA PUNTO PUEDE SER UN
SHOW”
IG: Hace tiempo me dijiste: "Yo
no soy deportista, soy jugador de voleibol". ¿Sigues considerándolo así?
¿Practicas otros deportes? ¿Cuántas veces te han preguntado aquello de
"con tu altura, ¿por qué no te dedicaste al baloncesto?”
AB: En realidad pocos deportes me atraen. Es más, para verlos
casi ninguno, el voleibol si hay algún amigo implicado. Practicarlo, alguno
más. Y la verdad es que me aficioné a un deporte prohibido para el deportista
de alto nivel, que es el esquí y el snowboard.
Al final, cada año me tengo que escapar a practicarlo si no quiero sentir el
síndrome de abstinencia.
En cuanto al baloncesto, como se suele decir: "Si me dieran
un céntimo cada vez que me hacen esa pregunta…”. Después me ven tirar a canasta
y lo entienden todo.
IG: Algo que ves en el voleibol que
no tengan otros deportes.
AB: Creo que es un deporte espectacular, que cada punto puede
ser un “show”. En una sola jugada se pueden ver acciones espectaculares de cada
faceta del juego, desde el saque hasta el momento en que el balón toca el
suelo. Es un deporte complejo y que requiere mucha coordinación. Creo que es
muy completo a todos los niveles.
IG: Si estuviera en tu mano
marcharte a una de las ligas europeas, ¿en cuál elegirías jugar y por qué?
AB:
Sin pensarlo demasiado te diría que a la
italiana. Creo que es un referente en nuestro deporte desde el inicio de
los tiempos. Jugar la liga italiana es como un sueño hecho realidad.
Pero si lo pensara un poco más a fondo, te podría responder a la polaca. Es una liga muy fuerte en
este momento y con un claro crecimiento. Prueba de ello el Campeonato del Mundo
celebrado allí mismo este año. Además de ganar el equipo polaco, hemos podido
ver pabellones llenos hasta la bandera, superando aforos y con gente sin entrada
para ver los partidos y una afición al deporte increíble. Además hace dos años
tuve la oportunidad de estar allí de visita y ver un partido, y de verdad que
el voleibol se vive de manera diferente en ese país.
IG: Si tuvieras que dedicarte a algo
no relacionado con el voleibol, ¿a qué te dedicarías?
AB:
Si pudiera, intentaría algo relacionado con el snowboard, el esquí y la montaña en general. Pero eso sería por
temporadas o cambiando de hemisferio si lo quiero continuo (no me desagradaría,
la verdad). Pese a tener estudios de informática, con el paso de los años, la
idea de trabajar con ello me ha ido disgustando cada vez más. Pero es una
salida.
Me encantan los idiomas y viajar. ¡Ese creo que sería el camino
correcto! Si sabes alguna vacante...
Abel Bernal en 2009 |
IG: Una persona que te haya enseñado mucho sobre este deporte.
AB:
Siempre intento y he intentado aprender lo máximo de cada persona con la que he
compartido vestuario. Creo que todas y cada una son importantes y hacen de mí
el jugador que soy ahora. No te puedo decir una sola. Estaría mintiendo.
IG: Un momento en el que el voleibol
te hizo llorar.
AB: Es una referencia indirecta posiblemente, pero para mí es más
que directa con el voleibol. Recientemente falleció un amigo, José Antonio
Ariza, que además de ser amigo, fue uno de los dos precursores de que yo esté
en el mundo del voleibol a día de hoy. De no ser por ellos te aseguro que no
estaría escribiendo estas líneas ahora mismo. Al poco de que nos dejara,
hicimos un partido en su honor. Un momento duro, difícil de olvidar. Ojalá él
estuviera leyendo esta entrevista y la respuesta pudiera ser otra.
IG: Un último mensaje para los
lectores de El sexto set.
AB: Un
clásico: La vida son dos días. Disfruta lo que haces en cada momento. Y si
crees que no estás disfrutando algo o crees que algo te falta… nunca es tarde
para cambiarlo. En otras palabras (y otro idioma), y con el permiso de Led
Zeppelin y extraído de una mis canciones favoritas (si no la que más): “Yes, there are two paths you can go by, but
in the long run, there´s still time to change the road you´re on”.
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