Durante las horas empleadas en desplazamientos y las largas esperas en los aeropuertos, la mayoría de los jugadores y los miembros del equipo técnico de la Selección aprovechan para practicar la lectura.
Cada viaje forma un mosaico de los títulos más diversos, y no deja de ser curioso conocer las preferencias de cada uno. Algunos de ellos me mostraron lo que estaban leyendo en el viaje de vuelta desde Austria.
Sergio Noda, que ya se defiende perfectamente en italiano después de pasar dos años allí, se estaba leyendo en ese idioma Il tempo che vorrei ("El tiempo que querría"), de Fabio Volo, una historia que habla "de un padre, de un hijo y de una mujer que no se puede olvidar, de emociones que rara vez se expresan".
El receptor Gustavo Delgado llevaba algo muy diferente: Más muerto que nunca, de la saga Sookie Stackhouse de la autora Charlaine Harris. Se trata de la serie de novelas en las que está basada la exitosa serie de televisión True Blood (Sangre fresca). Se lo terminó en un visto y no visto.
Por su parte, Guillermo Hernán, que no lo llevaba encima, declaró que el último libro que se había leído había sido un clásico: Los renglones torcidos de Dios de Torcuato Luca de Tena, preciosa historia sobre una detective que se interna en un psiquíatrico.
La justicia se vuelve cuestionable cuando se acusa a una empresa química de un desastre ecológico. Es lo que encontraremos en la elección de Francesc Llenas, La apelación de John Grisham.
Juan Alonso, el team manager de la Selección, nos mostró la portada de La aurora boreal, de Asa Larsson, una novela negra sueca.
Jorge Rodríguez, scout de la selección, prefirió llevarse una lectura ligera por esta vez: Psiquiatras, psicólogos y otros enfermos, de Rodrigo Muñoz Avia, que cuenta en tono de humor cómo un psiquiatra hace dudar a una persona de su propia felicidad.
Otros prefieren no descansar ni un segundo y leer cosas relacionadas con su trabajo. Es el caso de Fernando Muñoz, que acababa de empezar Buen jefe, mal jefe, libro de Robert I. Stton con el subtítulo "cómo ser el mejor y aprender de los peores", que da algunas claves para un buen liderato en un entorno de trabajo eficaz y humano.
David Díaz Cueli, el fisioterapeuta, gran interesado por la semántica, leía sin embargo en esta ocasión unos apuntes en inglés sobre rehabilitación muscular.
De momento, eso fue todo lo que recopilé. Por aquí os dejo también mi título, que acabé en las más de dos horas de retraso del vuelo de ida: La soledad de los números primos, de Paolo Giordano.
¡Si decidís elegir una de estas lecturas para el verano, no dudéis en compartir en El sexto set qué os ha parecido!
IG#10
Para el proximo viaje le entregas a cada uno un ejemplar tu "Cuenta hasta diez"
ResponderEliminar¿Para cuando el siguiente libro?
Sí, podrían tenerlo de lectura obligatoria, no estaría mal... El próximo va despacito pero va, y además creo que os va a gustar. Saludos
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